Herido estoy, miradme: necesito más vidas.
La que contengo es poca para el gran cometido
de sangre que quisiera perder por las heridas.
Decid quién no fue herido.
La que contengo es poca para el gran cometido
de sangre que quisiera perder por las heridas.
Decid quién no fue herido.
M.H.
Yo
lo escuchaba todo dentro de mi, estaba aislado en una habitación del
hospital. Mi memoria febril iba encontrando las mejores postales de
mi anterior vida. Con ellas tenía el propósito de construir un
libro y legarlo a mi esposa, hijas y nietos, porque
estaba seguro que sería el fin , mi fin .
Rebuscando en mi
memoria sedada solo
conseguía hallar trozos de mi ajetreada existencia, en forma de
postal. Y cuando llegué
a la de mi juventud
sentí una alegría
inmensa: detrás de la postal tenía escrita a mano la fecha del
verano de 1976 y también ponía : Massanet. La instantánea recogía
un momento de barbacoa, que solíamos hacer en el terreno que
adquirimos a cinco pesetas el palmo .
Quiero continuar en Massanet pero la fiebre incontrolada me
transporta de un lado a otro sin que yo pueda hacer nada para
detenerla.Se detiene
en otra
postal jugando con mis nietos, despues
cuando me abrazaba a
mi hijo, celebrando un golazo por las escuadra de Messi. Desaparecen
las postales y empiezo a ahogarme. Quiero
gritarle a la enfermera que me atiende, para hacerle saber que mis
pulmones necesitan oxígeno, pero en el limbo del sueño no puedo
emitir ni el más mínimo auxilio . Todo
se está volviendo gris oscuro. Reconozco ese maldito momento, en los
treinta días que llevo postrado en la cama del hospital me ha
visitado varias veces, pero yo quería recuperar las postales
coloridas de mi vida anterior, no quería morir, No! y por ello movía
la cabeza de lado a lado de la almohada intentando
llamar la atencion .
Todo es inutil me estoy
muriendo. Me doy por
vencido y comienzo, en
la soledad de mi angustia,
a despedirme de mi amada esposa, de mis dos hijos y de mis tres
nietos. Adiós vida desagradecida, no
tienes derecho a tratarme así.
Pero... de golpe, siento un cierto alivio en mis pulmones, los oigo
aletear de alegría, vuelvo a conseguir salir de la oscuridad y
de nuevo comienzo a recuperar las bonitas postales de setenta años
de vida.Poco a poco mi
sangre deja de hervir y vuelve a los 36 grados . He abierto los ojos
y y de golpe los cerré: No veia rostros ,solo caras disfrazadas
¿Que estaba pasando?, ¿Que me habia pasado? - Lleva usted 30
días ingresado afectado por el virus corona – me explica la
enfermera. Hoy, 10 de
Mayo, he salido del hospital.
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