jueves, 1 de noviembre de 2018

65 YEARS Y SIGO BUSCADO DETRÁS DEL MURO

                        


  No tengo nada programado, lo juro, pero cada 1 de Noviembre mi instinto busca en el Youtube  una de la  canciones más bellas de Pablo Milanes : ¨El tiempo pasa¨.     https://www.youtube.com/watch?v=qyq27CTyIXo . Se trata de un acto reflejo de asumir  lo que muchos y muchas tratan de evitar o esconder : El paso del tiempo, el inudible e imparable reloj que nos va poniendo viejos.

    Y como cosa poco novedosa cada 1 de Noviembre me giro hacia el tiempo transcurrido . Lo bueno y provechoso me trae sonrisas , lo odioso o lo erróneo intento, sin lograrlo, darle escape y dale buena barca.

     Hoy me paré en la carpeta donde guardo todos los intentos de traspasar el muro, ese maldito muro que nos mantiene alejados de la verdadera libertad, pero que, a la vez,, nos mantiene vivos y, a veces, nos mata.          Recuerdo cuando Rosa, una profe del Puig Castellar  que nos enseñaba ingles, nos llevó a ver The Wall, el muro,  una film sobre Pink de Floyd. https://www.youtube.com/watch?v=Fk0V_GGa2XM. Pink es una estrella de rock ficticia que va sufriendo varios traumas importantes a lo largo de su vida: la muerte de su padre en la 2ª Guerra Mundial, la humillación sufrida en la escuela, la sobreprotección por parte de su madre, las malas relaciones sentimentales, drogas... 
Esto hace que Pink vaya construyendo un muro que le aisle del mundo exterior y le proteja... Finalmente, se realiza un juicio, donde Pink tendrá que derribar el muro y enfrentarse al resto del mundo... 
     Es decir
,  los jóvenes buscan continuamente qué hay detrás del muro , porque en este lado no hay nada que hacer. Me impactó tanto el mensaje que desde entonces intento asaltarlo. Y en eso estamos.


   Hoy, cuando cumplo ese puñado de años, tras décadas de persistir en el intento de traspasarlo, repasé las caras de toda la gente amiga que ya no está, del hermano que se fue demasiado pronto, de los hijos valientes que parió la Fe, de los familiares que se escurren por entre las rendijas del olvido: Me reafirmo en la necesidad de derribar el muro, porque estoy seguro que debe existir otro mundo donde no tengan cabida los asesinos de sueños.

   Hacia tiempo que no escribía, y eso para los que sentimos placer en ello es un sacrilegio, por ello retomo la retórica; para no desfallecer y para mantenerme fiel al compromiso de seguir golpeando a ese  maldito muro que anula tantas esperanzas a la humanidad.