domingo, 10 de mayo de 2020

DENUNCIA QUE ALGO QUEDA


Algunas personas de mi entorno, familiares y amigos,cuando leen mis crónicas,  suelen insinuarme que no vale la pena escribir mis denuncias, sobre todo contra los que ejercen el poder: sea el local, o de más alto nivel.  Suelen apostillar que esa gentes son demasiados poderosos y capaces de hacerme daño, a través de las represalias.
Casi siempre les recuerdo la misma historia: Si nadie evidenciara la dejadez, la prepotència, las injusticias de los que gobiernan, sus daños colaterales en la ciudadanía serían mayores. ¿Que alguna cosa buena deben hacer?. No faltaba más, menuda pasta cobran por su trabajo: Díez veces más que un trabajador especializado. 
Y también les recuerdo, para hacerles ver la necesidad de la denuncia popular, cuando bajo la dictadura franquista, un puñado de mujeres y jóvenes nos reuníamos de forma clandestina, en las fábricas, institutos y universidades, para unir información  de todas las graves acciones de represión e injusticias cometidas por el régimen. 
Por la valiente decisión de aquellos núcleos de resistencia contra Franco sufriamos cárcel, tortura y despidos, pero pudimos superarlos a través de la solidaridad y el compañerismo. Hoy la represión ejercida por  los que nos  gobiernan, contra aquellos que osan a evidenciar su mal gobierno, es más sibilina y disimulada:Te multan con leyes "legales",( Ley Mordaza) te marginan a la hora de conceder un trabajo público (el enchufismo), te ponen mil trabas en cualquier proyecto social,(burocracia) etc. 
¿Pero para evitar toda esa represión de los poderes debemos dejar de denunciarlos?. Todo lo contrario: a más represión y marginación, más crítica y más exigencias de rectificación.
 ¿Que es duro y difícil mantener una posición de permanente rebeldía contra el sistema?.¿ Quien dijo que fuera fácil? . 

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