sábado, 15 de julio de 2017

                              Cuando  salí de mi tierra


     No había andaluz gallego, extremeño, castellano, ….que pudiera evitar unas lágrimas ,o sentir una gran nostalgia, cuando  Juanito Valderrama cantaba aquella copla de: “Cuando  salí de mi tierra volví la cara llorando, porque lo que más quería atrás lo iba dejando”. Eran muy  normales aquellos sentimientos, no en


vano te expulsaban de tu tierra, de tu niñez, de tus familiares, de tus amigos. ¿Pero quién nos expulsaba?, ¿Quién nos enviaba a cientos, miles de kilómetros de Andalucia o de Extremadura ?. ¿Quién o quienes ni se inmutaban cuando atrás dejabas tu casa cerrada y llorabas como un descosido?.
  Somos muchos los andaluces, y de otras latitudes ibéricas, que sí hemos encontrado las respuestas correctas a todas esas preguntas sobre el drama de la inmigración, como se las deben  estar encontrando esos nuevos millones de emigrantes y refugiados. Creo que nadie tendrá duda de señalar a los culpables de que más de un millón de andaluces acabáramos abandonando  nuestros pueblos y aldeas en busca de aquel futuro incierto que ellos nos negaban: Los terratenientes y la dictadura franquista. Si  algún andaluz o andaluza   aún duda de ello que se lo haga mirar, porque aún debe andar en las nubes de Valencia.
  Pero estamos hablando de los años sesenta del siglo pasado. Hemos tenido tiempo de acordarnos de los muertos de los terratenientes y de toda la curia religiosa que los arropaba. También hemos adquirido todas las colecciones musicales de los mejores cantaores de flamenco. Hemos regresado cada semana santa y cada Agosto a nuestro pueblo. Nos hemos alegrado de que Marinaleda sea el pueblo andaluz más combativo y rebelde de la península. Pero también venimos observando cómo  los nuevos terratenientes de la política  se han apoderado de Andalucía. Y con ello sus consecuencias: Nuevamente…  cientos de miles de jóvenes andaluces se ven obligados a emigrar, pero a diferencia de nosotros que éramos analfabetos;  ellos tienen carrera universitaria y mejor preparación profesional. 
Y ante este oscuro panorama ¿ que papel debemos jugar los inmigrantes que ya nunca volveremos a nuestra tierra, si no es de vacaciones?. Para la mayoría de nosotros no hay dudas: O te integras allí donde tienes el techo cotidiano, o serás un desarraigado crónico.
    Ejemplo personal: En los años de la dictadura defendimos a Catalunya en lo que tocaba:  Libertad ,amnistía i estatut de autonomía.Defendimos la escola catalana para nuestros hijos( mi hija es profesora de matemáticas y lo ejerce en catalá). Mi hijo se siente catalá cien x cien (mi pareja es de Salamanca). Y, encima, durante el año  voy dos o tres veces a mi pueblo de Jaén. Y a esto, los sociólogos, lo denominan “la integració sense traumes”.
   Ahora se presenta el 1 de Octubre; donde la mayoría del Parlament de Catalunya ha convocado un referéndum: Para decidir si queremos continuar en el Estado español o, por el contrario, la mayoría del poble catalá decide ser independiente. Una cosa tan sencilla y democrática, teniendo en cuenta toda la historia cultural y política de Catalunya, es atacada por los mismos que nos expulsaron de nuestra tierra, los terratenientes del PP y apoyados por los nuevos señoritos andaluces, los del PSOE y Cs. 

  Personalmente no tengo ningunta duda de lo que haré el próximo 1-O: Apoyaré el referéndum y posiblemente votaré SI a la independencia. Y he llegado a esa conclusión porque es la única forma de avanzar hacia un estado democrático y europeo. Si permanecemos en esa  España que no quiere avanzar hacia la modernidad y el progreso, es muy posible que muchos de mis paisanos andaluces tengan que coger las maletas y buscar certidumbre en otras tierras. Con lo cual la rueda del drama inmigratorio se eternizará.

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