jueves, 4 de junio de 2020

Reflexiones en la Serra de Marina











Cada mañana, dentro del horario impuesto, camino por las laderas y valles de la Serra Marina, huyendo de una enfermedad que suele esconderse en los pulmones de los más vulnerables. Me introduzco por sus vericuetos caminos y cruzo unos cuantos hasta sentirme seguro de esa enfermedad que parece que ya nos quiere dejar . Y después de recorrer de punta a punta toda la serralada; desde Gramenet, Moncada y Badalona, busco en cada rincón del camino el sonido de los pájaros que la habitan: La paloma torcal, el Tudó, la tortola,la perdiz,el pit-roig, el mosquitero,la garza,el estornino,el gorrión,el verdon, la cardenera...que me hacen recordar la niñez y la naturaleza,pero deseando que este paisaje y estos sonidos formen parte tambien del mañana.
Con la mirada fijada en el horizonte y cansado de caminar desando los pasos dados en busca de la ciudad. Bajo por el Torrent de les Bruixes, me detengo a refrescarme en las sombras de la Font de la Bota, mojo mis labios de su agua y disfruto de las muchas postales que aparecen por doquier. Continuo y mientras mis suelas se enganchan al irregular terreno del pendiente camino , mi mirada se entrecruza con otros caminantes . Abajo,en la Font de Sant Roc, reflexiono sobre las horas que pasé entre la anarquica vegetación de la serralada, llegando a la conclusión de que toda la inseguridad y miedo que ha traido el virus no ha podido vencer todos los sentimientos y esperanzas que llevo en mi mochila vital: la ilusión por seguir defendiendo la amenazada naturaleza, disfrutar de la belleza de la Serra Marina y las ganas de compartir estos sentimientos con la gente que quiero .
Y la conclusión final que saco es: Que de todo se aprende y se aprende con todo . Y lo importante es no perder de vista lo que nos queda por vivir y, sobre todo, lo importante es tener siempre nuevos horizontes.