viernes, 31 de julio de 2015

LA BROMA (2)

                     UNOS AÑOS ATRAS
                 





   Fernando había militado, desde temprana edad juvenil, allá por los años 70 del siglo pasado, en varios movimientos clandestinos, empeñados en restablecer la democracia en el país, la cual había sido secuestrada por la dictadura franquista en el año 1939, cuando se alzaron en armas en contra la II República, elegida por el pueblo en las urnas unos años antes.

  Durante sus iniciales años de militancia antifranquista, debido a la existencia en la clandestinidad de decenas de movimientos y organizaciones contrarias al régimen de Franco, a Fernando le era difícil entender como podían existir tantísimas siglas luchando contra un mismo objetivo; derrocar la dictadura  y, sin embargo, lo hacían desde múltiples siglas: PCE,PCE (I),PCE ( ml),Psoe, Psoe (historico),Psp, Mc,Ort,Psuc, CDC,BR,Oic, CCOO, CNT, UGT,USO, etc.

   Tuvieron que transcurrir varios años de lucha clandestina para que Fernando empezara, poco a poco, a desmenuzar aquel laberinto de siglas y empezar, minimamente, a comprender el porqué de la existencia de todos ellos.

  Lo primero que Fernando empezó a descifrar es que, en la lucha por restablecer la democracia, había un fuerte partido comunista, con una fuerte implantación en el mundo obrero y con una fuerte influencia en los intelectuales emergentes. También empezó a leer la diferencias “políticas” entre el PCE y los nuevos movimientos comunistas. Pero primero tuvo que empaparse sobre lo que estaba pasando en la ex Unión Soviética y en la China de Mao, así como reflexionar del papel influyente que el Che Guevara tenía en el incipiente movimiento guerrillero de latino america.

  Poco a poco empezó a ver las grandes y pequeñas diferencias políticas que le iban separando de los amigos de toda la vida; de José Luis ,que militaba en Bandera Roja (BR), y que reivindicaban la República burguesa sin más, o el abismo que le separaba de la Conchi del Psuc, en las formas de entender la estrategia para conseguir la libertad añorada por todos: Mientras el partido de Fernando preconizaba la lucha revolucionaria del pueblo para restablecer la República Popular, la amiga pesuquera defendía los postulados de la dirección de su partido, el cual preconizaba: “ Que para restablecer la democracia en nuestro país se hacía necesario la consecución de un Pacto por la Libertad- en el cual tuviera cabida ,incluso, los sectores reformistas del franquismo.

 Fernando también empezó a “comprender” las diferencias ideológicas existentes entre los sindicatos clandestinos. Él, que a pesar de su temprana edad, ya era miembro activo de la dirección clandestina de CCOO, intentaba razonar con amigos anarquistas que si la guerra civil se perdió fue por culpa del fraccionamiento existente en el movimiento obrero, por lo que se hacia necesario la existencia de un solo Sindicato, fuertemente estructurado, para luchar de forma victoriosa contra la dura y fuerte dictadura. Las discusiones, que se volvían eternas y estériles, solo servía para que cada uno de ellos se auto reafirmara en su posicionamiento ideológico,eso si sin resquebrajar la amistad existente entre ellos, por lo que siempre acababan brindando, con una cerveza, por la amistad eterna de los revolucionarios.

 En el transcurrir de los años, y con el advenimiento de la democracia, la historia situó a cada opción y a cada uno de los amigos en el lugar que le pertocaba: La Conchi del Pce acabó siendo Secretaria de las Juventudes y concejala del Ayuntamiento de su ciudad, el partido de José Luis , Bandera Roja, se unificó en bloque con los partidarios de la Conchita. Y es que la dirección de BR, ante el fracaso electoral conseguido en las primeras elecciones democráticas de 1979, deciden que la mejor forma de lucha por la democracia que se acaba de inaugurar, y para no desaparecer del mapa político, lo más positivo era apostar por el caballo ganador, en este caso el Pce, del cual les separaban pocas y superables diferencias políticas e ideológicas.

  Fernando, después de repartimiento del pastel que se había producido en la nueva situación política del país, seguía firme en sus postulados, los que defendió en los largos años de la dictadura; para él y su partido la situación seguía casi igual: Los franquistas habían pactado con las fuerzas reformistas, de la llamada izquierda, una reforma democrática que en nada tenía que ver con la ruptura democrática que habían preconizado en los años de la falta de libertad. Los argumentos aducidos por los pactistas ,para justificar esta inexistente ruptura con los que han apoyado durante mas de 40 años la dictadura, es que no había condiciones objetivas para producirse la ruptura total contra los enemigos de la democracia. Por lo que se veían abocados, de forma irrevocable, a renunciar,ellos decían a aparcar, las reivindicaciones republicanas del 1936.

   Fernando, y muchos jóvenes que pensaban como él, intentaron denunciar, ante los sectores más conscientes de la población, la traición de los grandes partidos de izquierda. Todo fue en vano, los partidos progresistas, con su nueva política no rupturista, habían conseguido su doble objetivo: No inquietar a las fuerzas reaccionarias que daban soporte al régimen franquista y, por otro lado, intentaban amansar las ansias de libertad y de justicia reponedora de los que habían luchado por la recuperación de la democracia.

 Alvaro, amigo de Fernando y estudiante de Derecho, era otro de los pocos colegas que no se resignaban a soportar la nueva situación creada con el advenimiento de la libertad con minúscula : No se habían jugado la vida para, a cambio, tener esta democracia chapucera y, encima, vigilada por los militares más reaccionarios.

-Fernando, creo que debemos continuar la lucha hasta conseguir una República Popular como la que está disfrutando el pueblo chino – le solicitó Alvaro, el estrudiante de derecho.

 Fernando le devolvió la respuesta afirmativa con su sonrisa abitual:

-Estoy contigo amigo Alvaro; la lucha final debe continua hasta conseguir la revolución socialista y popular – añadió Fernando al entusiasmo de su amigo Alvaro, estudiante de derecho.

 Ambos colegas se dirigieron al bar Cordoba,situado en la calle Irlanda, y una vez   saludado a  "Pacorro", dueño del bar y viejo militante comunista,solicitaron dos medianas fresquitas de cerveza.

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