viernes, 31 de julio de 2015

El RÍO







Las cloacas,


desagradecidas,


dejan una hilvanada huella,

de muerte,

 resbalando bocabajo.



Veo aceites negros,

en las veredas de la noche;

que te arrojó el escorpión,

hambriento,

desde la otra orilla.



Después te han remendado,

con tirones amables

para lavar tu oscura arena
y ofrecerte escasa alegría

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