viernes, 5 de agosto de 2022

Historias de la puta Dictadura

 





Era Junio de 1976, hacía poco más  de medio año que   el dictador había muerto,

tranquilamente, en la cama .El final del asesino no nos satisfizo a los que estábamos combatiendo en la clandestinidad. Y una ola de huelgas generales y jornadas de lucha recorría Iberia; donde se reivindicaba : Libertad y amnistía. Era la época  donde el camaleón Fraga pronunció aquella célebre frase de ”La calle es mía”. Y la hizo realidad: Cinco Obreros asesinados en Vitoria, otros tantos en Elda y así hasta una decena.Y Gramenet no podía quedarse al margen de aquellas jornadas históricas. Y a iniciativa de la Asamblea Democrática de la ciudad, a la que pertenecían todos los partidos clandestinos de la transición: Convergencia Socialista, PSOE,Mc,Psuc,Bandera Roja,Cdc... así como los incipientes sindicatos ilegales Ccoo, Ugt y Uso., se organizó  una manifestación por la Amnistía Laboral.Era el 22 de Junio-76.La petición legal de la manifestación, al gobierno civil,la encabezó un servidor como representante de CCOO.Y como no la teníamos todas con nosotros; pesaba una gran incertidumbre sobre los organizadores; era la época de que el ministro de gobernación, el fascista reconvertido Fraga, te permitía una manifestación y a  otras las reprimía a sangre. La espera a que se legalizara la manifestación- o la prohibieran- se hizo eterna. Hasta que sonó el teléfono de casa y pude oír, en los auriculares de mi Heraldo gris,una voz semi  amable: -Buenas noches;¿Es usted el Sr Fermín Chueco?-Me interrogó  .- El mismo...dígame- le respondí

lacónicamente.

-Soy el comisario de policía de Santa Coloma y me gustaría hablar con usted,  mañana a las 12h , en el segundo piso, sobre el tema de la manifestación que usted ha solicitado.

Una mezcla  de nervios y miedo atacó mi cabeza hasta hacerla casi explotar.

Reaccioné enseguida y  comencé a telefonear a todos los compañeros que tenían teléfono- no todos ni todas podían disfrutar de ese privilegio-,les transmito lo hablado con el comisario y quedamos en citarnos un cuarto de hora antes ;en el bar Mediterráneo, que estaba,  y está, enfrente de la comisaría de la calle Irlanda. En esos escasos quince minutos debíamos decidir la estrategia a seguir en caso de que me detuvieran.Con grandes y nerviosas zancadas subí la escalera de la comisaría hasta el segundo piso ,donde me esperaba, el “temible comisario”. La sorpresa fue mayúscula para un servidor. Porque en pocos segundos tuve que cambiar la visión negativa que yo tenía sobre   la policía  de la dictadura.-  Siéntese ahí- me solicitó amablemente el jefe máximo de la comisaría,al mismo tiempo que me ofrecía un refresco .¡No me lo podía creer!- pensaba   interiormente .Ahora vendrá el policía malo y empezará   a golpearme.,pero sorpresa:

 - Tengo que comunicarle que el Excelentísimo Sr. Gobernador ha autorizado la manifestación que usted ha solicitado- dijo el comisario de forma solemne.

 Mi asombro y sorpresa fue de tal asombro que  solo pude emitir una sola palabra:Gracias.

-Espero que usted y sus compañeros sean conscientes de la responsabilidad que han adquirido, al más mínimo incidente daré la orden a mis hombres para disolverla-  me advirtió  el comisario de forma casi autoritaria.

-No se preocupe usted, organizaremos un servicio de orden para evitar cualquier tipo de incidente.

 Estreché fríamente la mano del comisario en forma de despedida y me lancé escaleras abajo en busca de los compañeros y compañeras que me estaban esperando.

.¡¡¡¡¡¡Siiiiii! les lancé mientras nos abrazábamos todos.La manifestación fue un éxito: Ocho mil personas, 8.000, salimos a manifestarnos por la calles de Gramenet.Fue el inicio de saborear la libertad, después de casi cuarenta años de luchar por recuperarla.El resto ya lo saben ustedes.

 

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