domingo, 26 de abril de 2020

¿Todo va bien?




(Estas letras son una síntesis de un largo articulo publicado hoy por el profesor ALFONSO DURÁN PICH)
Aunque comentaristas, tertulianos, portavoces gubernamentales, instituciones paraoficiales, altos funcionarios y otras especies similares nos hayan contado que “todo iba bien”, hemos de asumir que no es cierto. No es que mintieran necesariamente (algunos sí), es que no sabían más. La mediocridad tradicionalmente ocupa los rangos más altos de la escala social.
El Covid-19 no pilló a todo el mundo por sorpresa. Parece que los orígenes están muy claros, sin entrar en juegos conspiratorios. En Wuhan hay uno de los principales laboratorios donde se experimenta con este tipo de virus. En ese laboratorio, como ha recordado el virólogo Luc Montagnier, premio Nobel de Medicina por su descubrimiento del virus de inmunodeficiencia humana, el virus probablemente surgió de forma natural, no por ningún tipo de manipulación. También ha señalado que este tipo de laboratorio cuenta con financiación internacional, incluida la de Estados Unidos.
 El caso de España es dramático, ya que centralizó la respuesta en un ministerio de Sanidad sin competencias, ya que este capítulo llevaba muchos años traspasado a las Comunidades Autónomas, que sí contaban con medios y experiencia. Unos funcionarios nombrados a dedo tomaron decisiones sobre temas que ignoraban. El simple hecho de crear un comité “bélico” (con tres militares entre los cinco miembros) para informar diariamente sobre la marcha de la “contraofensiva”, marcó el punto diferencial respecto al resto de países.


En los casos de confinamientoduro(como el del Estado español) cerca de cinco millones de personas están en un tipo de prisión preventiva (metafóricamente hablando). O, para hacerlo más suave, en arresto domiciliario. Y esta situación (cuyo horizonte temporal cambia cada día) ha venido provocada por actuar reactivamente y no preventivamente, por improvisar, por no dar prioridad frente al virus a los profesionales del sistema sanitario (pertrecha bien a tus equipos antes de ponerlos a trabajar), por asignar mal los recursos y organizarlos peor. No es solo que una Catalunya independiente lo hubiera hecho mejor (como lo han hecho Eslovenia, Islandia o Croacia, por el sabio principio de que “lo pequeño es hermoso”), sino que en el caso español, es imposible hacerlo peor.
Dicen que la empatía es ponerse en el lugar del otro para comprenderlo mejor. Una cosa es estar solo y otra sentirse solo. Y este último sentimiento puede llevar a la depresión y al quebranto de nuestro sistema inmunológico. El confinamiento tardío pero prolongado es un sinsentido. Esto no lo resuelve el Prozac.La calle es la vida. Somos animales sociales.



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