sábado, 25 de abril de 2020

Salvemos a los autónomos




La vida laboral y profesional de los autónomos es parecido al zigzagueante transcurso de un rio: Va del régimen general al autónomo y viceversa, depende siempre del inestable mundo laboral de las clases trabajadoras.
En los años sesenta y setenta, del pasado siglo, las cifras de autónomos era muy baja, el desarrollismo industrial demandaba mucha mano de obra y los trabajadores no tenían necesidad de recurrir al duro mundo del autónomo. Éstos empiezan a surgir cuando las cíclicas crisis del capitalismo afloran. Y es como consecuencia de que los grandes empresarios deciden flexibilizar el personal fijo para sus empresas . Y empiezan a potenciar personal autónomo, para poder deshacerse de él cuando le convenga.

Es verdad que el tejido del pequeño comercio, hasta hace unos años, lo componían personas emprendedoras; que querían tener su propio negocio y evitar así la explotación del capitalismo. Posteriormente, con el nacimiento de las franquicias, muchos trabajadores aprovechaban las indemnizaciones de sus despidos y caían en la trampa de las mismas, sin tener experiencia en el mundo empresarial, ni ayuda de las administraciones.

La potenciación del falso autónomo ha llegado tan lejos en nuestros días que estamos observando como muchos trabajadores son esclavizados en Globo u otras empresas similares. Todavía hoy está en la memoria de muchos de nosotros LA HUELGA DE LAS ESCALERAS, donde miles de trabajadores autónomos y de las pequeñas contratas dijeron Basta a la explotación salvaje que MOVISTAR y otras operadoras los sometían, mientras esas grandes empresas monopolistas pagaban, y siguen haciéndolo, precios de esclavitud. De nada sirvieron las inspecciones y sanciones de la Generalitat, la situación no ha cambiado, les resulta más económico mantenerlos como falsos autónomos que hacerlos fijos de plantilla.

Con la llegada del COVID-19 la precarización laboral de los verdaderos autónomos: los que forman el tejido del pequeño comercio y oficios diversos ha saltado por los aires. Miles de éstos llevan sin ingresar ni un solo euro por el cierre obligado de sus negocios y, lo más grave, con pocas perspectivas de que su situación sufra ningún cambio en bastante tiempo.

Los autónomos y las Pymes, hasta ahora solo han recibido, de los diferentes gobiernos, local estatal y autonómico,promesas tibias y poco efectivas,  por lo que se teme , si nadie lo remedia,pasen a formar parte del mundo vulnerable del paro , la miseria y, en muchos casos, a la perdida de su patrimonio habitacional.

Como autónomo jubilado me siento solidario con ellos. Por lo que soy consciente de la difícil situación por la que están atravesando. Y que ésta solo será salvada con las ayudas efectivas de la administraciones y, sobre todo, por el apoyo que le demos las vecinas y vecinos: Consumiendo sus productos y apoyando todo su tejido comercial, sin perjuicios ni dudas de ningún tipo. Porque solo el pueblo salva al pueblo.


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