La
vida laboral y profesional de los autónomos es parecido al
zigzagueante transcurso de un rio: Va del régimen general al
autónomo y viceversa, depende siempre del inestable mundo laboral
de las clases trabajadoras.
En
los años sesenta y setenta, del pasado siglo, las cifras de
autónomos era muy baja, el desarrollismo industrial demandaba mucha
mano de obra y los trabajadores no tenían necesidad de recurrir al
duro mundo del autónomo. Éstos empiezan a surgir cuando las
cíclicas crisis del capitalismo afloran. Y es como consecuencia de
que los grandes empresarios deciden
flexibilizar el personal fijo para sus empresas . Y empiezan a
potenciar personal autónomo, para poder deshacerse de él cuando le
convenga.
Es
verdad que el tejido del pequeño comercio, hasta hace unos años, lo
componían personas emprendedoras; que querían tener su propio
negocio y evitar así la explotación del capitalismo.
Posteriormente, con el nacimiento de las franquicias, muchos
trabajadores aprovechaban las indemnizaciones de sus despidos y
caían en la trampa de las mismas, sin tener experiencia en el mundo
empresarial, ni ayuda de las administraciones.
La
potenciación del falso
autónomo ha llegado tan lejos en
nuestros días
que estamos
observando como muchos
trabajadores son
esclavizados en
Globo
u otras empresas similares. Todavía hoy
está en la memoria de muchos de nosotros LA HUELGA DE LAS ESCALERAS,
donde miles de trabajadores autónomos y de las pequeñas contratas
dijeron Basta a la explotación salvaje que MOVISTAR y otras
operadoras los sometían, mientras esas grandes empresas monopolistas
pagaban, y siguen haciéndolo, precios de esclavitud. De
nada sirvieron las inspecciones y sanciones de la Generalitat, la
situación no ha cambiado, les resulta más económico mantenerlos
como falsos autónomos que hacerlos fijos de plantilla.
Con
la llegada del COVID-19 la precarización laboral de los verdaderos
autónomos:
los
que forman el tejido del pequeño comercio y oficios diversos
ha saltado por los aires. Miles de éstos llevan sin ingresar ni un
solo euro por el
cierre obligado de sus
negocios
y, lo
más grave,
con pocas perspectivas de que
su situación sufra ningún cambio en bastante tiempo.
Los
autónomos y las Pymes, hasta ahora solo han recibido, de los diferentes gobiernos, local estatal y autonómico,promesas tibias y poco efectivas, por lo que se teme , si nadie lo remedia,pasen a formar parte del mundo vulnerable del paro , la
miseria y, en muchos casos, a la perdida de su patrimonio habitacional.
Como
autónomo jubilado me siento solidario
con
ellos. Por lo que soy consciente de la difícil situación por la
que
están atravesando. Y que ésta solo será salvada con las ayudas
efectivas de la administraciones y, sobre todo, por el apoyo que le
demos las vecinas y vecinos: Consumiendo sus productos y apoyando
todo su tejido comercial, sin perjuicios ni dudas de ningún tipo.
Porque solo el pueblo salva al pueblo.
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