Durante
una década fui librero en Santako. La librería se llamó NOU VENT y
estaba en el carrer Pedró ,27. Mucha gente conocía la librería,
pero sobre todo las estudiantas de la década de los setenta y
ochenta y los que acudían a la Plaça la Vila para Sant Jordi.
La
Nou Vent no solo fue una librería común, también disponía de una
sala de exposiciones . En dicha sala expuso, por citar alguno de
ellos; el amigo Benito Marcos y Joan Guerrero.
La
Nou Vent, en sus inicios , durante la Dictadura franquista,también
sirvió como lugar de encuentro clandestino de las y los militantes
del Moviment Comunista y de muchos antifranquistas. En su subterráneo
se cocieron muchas de las movidas de la època .
La
Nou Vent nació con la idea de traer a nuestra ciudad cultura y los
libros prohibidos por el franquismo. También , en la incipiente
democracia, llenó sus estanterías de libros recomendados por el
profesorado de los Instituts de Batxillerat,
el Puig Castellar y la Bastida.
La
Nou Vent se aguantaba, económicament, de los libros de texto,de la
Navidad y del día Sant Jordi. El resto del año era un goteo muy
lento de ventas, que apenas cubría los gastos de alquiler y los
recibos de la luz. Aún así aguantamos algunos años; hasta que
Abacus, y otras distribuidoras, nos hizo imposible continuar con la
librería: Los margenes comerciales que realizaban era imposibles de
soportar. Y como consecuencia de aquella dura competencia muchas
librerías familiares se vieron abocadas a cesar su actividad y bajar
persianas.
Del
final de la historia de la llibreria Nou Vent han transcurrido ya
más de treinta años, pero aún guardo recuerdos imposibles de
olvidar. Sobre todo recuerdo a las personas que eran clientes asiduos
, grandes consumidores de literatura que me ayudaban a seleccionar
las novedades y las mejores obras literarias. Recuerdo que venían
muchos niños a hojear los comics de Teo, de Mafalda, de Asterix. Y
también guardo en la memoria que muchas personas, “un poco
raras”, me solicitaban libros de ciencias ocultas, querían saber
si el fin del mundo estaba cercano.
Cuando
paso por delante de la Llibreria Carrer Major, todos estos recuerdos
se actualizan y siento una gran solidaridad con la amiga Dora, propietaria. Ella empezó su negocio de librería cuando la NouVent
daba sus ultimos coletazos de vida. Más de una vez le mostré mi
pesimismo por iniciar la librería. Y le hablé de los peligros que
se le avecinaban y de los enemigos a los que tendría que
enfrentarse: las grandes distribuidoras y las nuevas tecnologías .
Prueba de que no me escuchó es que todavía hoy se mantiene en
pie. Y ese gesto y esfuerzo no tine precio , ni nombre. Vaya mi
solidaridad con ella y con todas las libreras.
Quins temps, quins records i quines lluistes. Força llibreteres!!
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