jueves, 23 de abril de 2020

LA LLIBRERIA NOU VENT ( Y la dura vida de los libreros )




Durante una década fui librero en Santako. La librería se llamó NOU VENT y estaba en el carrer Pedró ,27. Mucha gente conocía la librería, pero sobre todo las estudiantas de la década de los setenta y ochenta y los que acudían a la Plaça la Vila para Sant Jordi.

La Nou Vent no solo fue una librería común, también disponía de una sala de exposiciones . En dicha sala expuso, por citar alguno de ellos; el amigo Benito Marcos y Joan Guerrero.
La Nou Vent, en sus inicios , durante la Dictadura franquista,también sirvió como lugar de encuentro clandestino de las y los militantes del Moviment Comunista y de muchos antifranquistas. En su subterráneo se cocieron muchas de las movidas de la època .

La Nou Vent nació con la idea de traer a nuestra ciudad cultura y los libros prohibidos por el franquismo. También , en la incipiente democracia, llenó sus estanterías de libros recomendados por el profesorado de los Instituts de Batxillerat, el Puig Castellar y la Bastida.
La Nou Vent se aguantaba, económicament, de los libros de texto,de la Navidad y del día Sant Jordi. El resto del año era un goteo muy lento de ventas, que apenas cubría los gastos de alquiler y los recibos de la luz. Aún así aguantamos algunos años; hasta que Abacus, y otras distribuidoras, nos hizo imposible continuar con la librería: Los margenes comerciales que realizaban era imposibles de soportar. Y como consecuencia de aquella dura competencia muchas librerías familiares se vieron abocadas a cesar su actividad y bajar persianas.

Del final de la historia de la llibreria Nou Vent han transcurrido ya más de treinta años, pero aún guardo recuerdos imposibles de olvidar. Sobre todo recuerdo a las personas que eran clientes asiduos , grandes consumidores de literatura que me ayudaban a seleccionar las novedades y las mejores obras literarias. Recuerdo que venían muchos niños a hojear los comics de Teo, de Mafalda, de Asterix. Y también guardo en la memoria que muchas personas, “un poco raras”, me solicitaban libros de ciencias ocultas, querían saber si el fin del mundo estaba cercano.

Cuando paso por delante de la Llibreria Carrer Major, todos estos recuerdos se actualizan y siento una gran solidaridad con la amiga Dora, propietaria. Ella empezó su negocio de librería cuando la NouVent daba sus ultimos coletazos de vida. Más de una vez le mostré mi pesimismo por iniciar la librería. Y le hablé de los peligros que se le avecinaban y de los enemigos a los que tendría que enfrentarse: las grandes distribuidoras y las nuevas tecnologías . Prueba de que no me escuchó es que todavía hoy se mantiene en pie. Y ese gesto y esfuerzo no tine precio , ni nombre. Vaya mi solidaridad con ella y con todas las libreras.

1 comentario: