La
frase popular expresa que una persona que hace daño a otra ,
recibirá lo mismo. Este
refrán, como muchos otros, tiene como base el karma o la ley de la
siembra y cosecha. Se cree que la vida es justa y cada persona recibe
según lo que ha dado. Aunque no hay nada que afirme que cada quien
paga en vida lo que hace mal, todos conocemos casos en los que así
ha sido y es un consuelo para quienes han sido dañados y todavía no
han tenido justicia.
La
frase advierte que quienes utilizan espadas siempre tienen enemigos y
aunque maten a algunos de ellos, siempre puede existir otro que tenga
más habilidad o mejor suerte y termine por matarlos a ellos.
El
dicho “Quien a hierro mata, a hierro muere” es un refrán que,
como todos los demás refranes, tiene una enseñanza implícita.
Otra
teoría sobre el origen de esta frase puede señalar a la Ley del
Talión, del Código
de Hammurabi, en Babilonia durante el siglo III a. C.
Esta ley decía “Ojo por ojo, diente por diente”. En pocas palabras, cada quien pagar de la misma manera en la que han actuado en su contra.
Esta ley decía “Ojo por ojo, diente por diente”. En pocas palabras, cada quien pagar de la misma manera en la que han actuado en su contra.
Pero
la sabiduría popular utilizó esos refranes en épocas muy lejanas ,
cuando el derecho jurídico romano aún no había sido desarrollado y
establecido por la comunidad latina, el cual superó el ojo por ojo,
diente por diente .
Las
leyes nuevas, grabadas en tablas de madera o planchas de metal,
fueron célebres con el nombre de Leyes de las doce tablas. Y
continuaron
aplicándose durante varios siglos, constituyeron, decía Cicerón,
«la fuente de todo el derecho humano». Después
vino la Revolución
francesa
y el nacimiento de los actuales códigos civiles y penales.
Hoy,
a pesar de la existencia de leyes, códigos y demás mosergas
jurídicas, los grupos de presión política y mediática,
de forma camuflada, y a veces de forma descarada, suelen acusar al
contrario de hechos que
son falsos (fake news) con la única intención de causarle daño y
destruirlo
. Y
como la justicia es un cachondeo y no pone remedio a todo ese
despropósito, es lógico que “tú enemigo político” utilice el
mismo hierro que tú usaste, para “matarte” o , como mínimo,
herirte de muerte. Eso quiere decir que hemos vuelto para atrás, no
sabemos cuantos siglos, hemos vuelto: al ojo por ojo,diente por
diente, a la ley de la selva.
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