miércoles, 19 de julio de 2017

                       CREANDO MI MUNDO
                  ( Aprovechando la época estival)    

 

   Suelo olvidarme que no soy Dios.  Mi memoria anda un poco gastada y tengo que ayudarla de vez en cuando. Y cuando consigo motivarla se comporta como un volcán; echa fuego y recuerdos  sin cesar. Este verano la memoria anda desbocada y, para ser sincero, apenas si le dí cuerda. Me vienen recuerdos e imágenes del antes y del después ; sobre todo de mi juventud  y de lo que no fue posible:  Viajes al Paris del 68,al Portugal del 25 de Abril, a la ciudad de Lenin y a la Plaza Roja de Moscú. ¡Cuantos recuerdos de la Praga de Teresa Pámies  y del barrio de Malastrana con todos sus edificios impecables del Imperio Austrohungaro !..... ¿Y de la Cuba de Fidel, que les puedo contar?Ah sí, que  me confundieron con un espía, por criticar  la invasión rusa de Afganistan .! Ai madre que recuerdos del Brasil de Pelé: De su Pao de Azúcar en Rio de Janeiro. El mítico paseo-playa de Copacabana; donde unas prostitutas  de  las favelas nos ofrecían sexo  delante de nuestras compañeras. De los puentes del Danubio que unen Buda y Pest me quedo con su viejo puente de las Cadenas. También tengo en mi curriculum de viajero el inolvidable Berlín, donde pude contemplar el último reducto del asesino Hitler y la fachada del Reigchtar  donde un soldado ruso aireó la bandera roja en señal de victoria sobre el nazismo. Así mismo me sumergí en la escultura Laberinto que han construido, cerca de la Puerta de Brandemburgo, en memoria de los asesinados en el Holocausto hitleriano. El último viaje significativo que realicé fue a Vietnant. Lo fui aplazando porque estaba demasiado lejos; había que atravesar medio mundo y eso daba pereza. Pero no me arrepiento de haberlo visitado -y lo recomiendo encarecidamente-. Fue casi un honor pisar las calles de Ho Chi Ming, recorrer las callejuelas de Hanoi -que tanto me recordaba a la Barcelona gótica-. Jamás olvidaré las dos noches que pasé en la Septima Maravilla del mundo: La  Bahía de Ha Lóng, a bordo de un viejo barco, contemplando lo que es capaz de crear la naturaleza. Y como no podía ser de otra manera recorrí el Delta del Melkong; por aquellos  lugares donde los guerrilleros del Vietcong habían asestado las mayores derrotas al  poderoso ejercito yankee.   No pude visitar los refugios subterráneos utilizados por la guerrilla vietnamita; autenticas ciudades desde donde combatieron a los bombarderos B52  y sus bombas de Nalpam. En Hanoi visité el Museo a la mujer vietnamita, y saqué la conclusión de que sin la participación de las mujeres  la victoria anti imperialista hubiera sido casi imposible.    Lo mejor del Vietnant fue su gente; personas sencillas y amables que siempre tenían una sonrisa en la cara. No acabo de finalizar de relatar mi pequeño mundo viajero y ya tengo desplegado encima de la mesa el Mapamundi. Lo observo y mi mirada se desvía hacia el Cono Sur Americano: Argentina, Chile, Uruguay…..Habrá que decidirse los antes posible. 



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