No puedo estar en contra de la avalancha de turistas que invaden cada rincón gótico, renacentista o gaudíano de Barcelona. Porque ellos aportarán riqueza y empleo a los de aquí. No puedo estar en contra de las escuelas de formación de la hostelería. Como tampoco lo estuve de la escuela donde se formaron cientos, miles de aprendices de albañiles; aunque hoy día después de la caída de la burbuja
inmobiliaria sea un espectro de escuela.Pero yo , ni nadie, debe estar en contra de las escuelas de formación;sobre todo si éstas forman a los parados en oficios de las burbujas temporales. Pero , otro pero, ando preocupado de los que dijo el otro día un eminente economista catalá, sobre la burbuja turística que azota Barcelona: " algún día los turistas se cansarán de patearse las estrechas calles de la ciudad condal y buscarán otros destinos turísticos, sobre todo cuando finalicen las guerras yihadistas”.Y por ello me viene la risa, cuando leo a Bukoski ,en su novela autobiográfica La senda del perdedor, cuando buscaba empleo en Los Ángeles, su ciudad : Corremos el riesgo de que cuando se desinfle la burbuja “La ciudad entera estará llena de lavaplatos sin trabajo”.Pero hasta que no suceda el maldito pinchazo de la llegada de millones personas que quieren visitar Barcelona antes de morir, hasta entonces, repito, debemos estar pendientes de cuándo se iniciará el próximo curso de hostelería, más que nada para avisar al hijo , al sobrino y al amigo Josep, que andan todo el día colgados de Internet...por culpa del puto paro.-Eres la reostia Chueco, ¿ tú que propones? -Me recriminara Pedro Cano. -Cuando pueda disponer sobre ello te lo responderé.
Habrá que empezar a luchar por una renta social universal, pues al parecer, entre robots y burbujas, no siempre habrá trabajo para todos y todos tenemos derecho a vivir, faltaría más, Aunque los liberales lo pretendan negar.
ResponderEliminar