No hice
periodismo. Pero en mi época de
estudiante me gustaba atender a los
profesores de lengua y literatura. Y aprendí de ellos, cuando realizábamos un
comentario de texto, que en el mundo del periodismo encontraríamos diferentes maneras de cómo se puede
informar sobre los acontecimientos socio políticos, a saber:
La subjetiva; esa donde el periodista
toma partido , a favor o en contra, de unos acontecimientos, pongamos que hablamos
de Catalunya, con la clara intención de crear una corriente de opinión
favorable al gobierno o grupo político afín. Después tenemos a los, cada vez
más escasos, periodistas llamados
objetivos, que son aquellos que solo pretenden narrar , grafica o literalmente,
la cruda o alegre realidad, pongamos que también hablamos de Catalunya. Bueno,
después existen otro tipo de periodistas que, como diría el cantante, no son ni
chicha ni limoná, porque cuando te atreves a leerlos nunca acabas de deducir si van o vienen. Si son neutrales o son
oportunistas. Quizás sean esto último.
Porque siempre tomaran partido en el último instante, cuando ya se sabe el
caballo ganador. Creo que son los peores, porque son impredecibles. De estos
los hay hasta en Gramenet. Son aquellos que se van cambiando el color de la camisa dependiendo de quien gobierne en la Placa la Vila. Pero hablemos de Catalunya, que es lo que toca
ahora, de Gramenet hablaremos en otro momento. Siento vergüenza y también mucha rabia de ese periodismo, con
pocas ecepciones, militarista, que lo
único que pretende es ganar la guerra, a costa
de lo que sea y como sea. Aquí me viene
a la memoria las clases teóricas de la puta mili, donde los oficiales
más franquistas nos arengaban sobre lo
bien que había funcionado la propaganda del generalísimo para vencer al
ejercito rojo y masón. Y cuando me atreví a preguntarle qué papel habían jugado en la victoria del generalísimo
las tropas italianas y los bombarderos alemanes, recibí la respuesta lógica de
un fascista: Que esas preguntas sobraban dentro del ejercito español (Cir 14 de
Mallorca). No ,no, no me he ido del
tema de Catalunya. Los periodistas del periodismo neofranquista, los subjetivos
y los neutrales, están lanzando mil proclamas contra la realidad cotidiana de
Catalunya .Mintiendo como bellacos. Omitiendo, una y otra vez, el pacifismo de
las inquietudes de todo un pueblo. Porque para ellos la mayoría silenciosa no
cuenta, debido a que, o es tonta o
adormilada. Y se siente seguros con su
proceder; porque miles de soldados de la
patria, bien pagados y mejor armados, les cubre las espaldas. Otra vez asoma la
nariz del odio y la prepotencia de los vencedores. Los del 39 y los del 78.
¡Maldita sea vuestra existencia, porque os alimentáis de victorias pírricas y
eventuales!. Pero ahora estamos en otro siglo y no tan solos. La Alemania y la Italia Nazi ya no existen,
tampoco los voluntariosos brigadistas internacionales. Ahora está la Europa , casi toda,
democrática. Con los Yankees no contamos, porque, evidentemente, deben devolver los favores de las bases de
Rota y Morón. Ahora ya no podréis
ejecutarnos y enterrarnos en las cunetas de forma tan alegre, tal como lo hicisteis en el pasado. Por el
momento solo empleáis jueces recusados, millones de embargos y cruceros
italianos. Por todo ello; soy bastante optimista con el momento histórico que
estamos atravesando. Y recuerdo que hablamos de Catalunya. En la vecina España
todo este proceso de liberarse las cadenas va mucho más lento. Pero deseo, y
espero, que aprendan de nuestra bonita y sencilla revolución de las
sonrisas.!OJALÁ! . Como también espero que en la futura República Catalana se enseñe , en las escuelas y en las
universidades, un periodismo objetivo e independiente, aparte de otras buenas
cosas.
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