Fragmento del libro: "EL TIEMPO PASADO QUE SE FUE"
Catalina
Velázquez mi abuela y la mujer de Frascuelo, que había parido
nueve hijos y de los que vivían siete, llevaba más de una hora
sentada en el lindón de un verde trigal, a las afueras del pueblo,
esperando ver aparecer a su marido, su cuñado y sus siete hijos .
Algunos campesinos que transitaban por la carretera, yendo y viniendo
de sus tareas agrícolas, se sorprendían de ver la figura de la
mujer de Frascuelo en aquellas horas,por lo que todos le hacían casi
la misma pregunta:
¿
Que pasó Tallera?. - Mi marido ha sido liberado y ya viene de camino
hacia Lopera- Respondía Catalina, con lagrimas en los ojos, a sus
interlocutores.
-
No sabes cuanto nos alegramos- solían responder.
Mientras
Catalina esperaba nerviosa ver aparecer, por la cuesta del cementerio,
a su marido y al resto de sus acompañantes, no cesaba de darle
cuerda a la memoria de todo lo que había tenido que padecer durante
aquellos siete largos años de prisión de Frascuelo. Le venían
recuerdos de sus visitas a la cárcel de Burgos, donde su esposo
pasó varios años internado. Aquellos interminables viajes en tren,
intentando esconderse de los revisores que solicitaban el billete a
los pasajeros. Ella tenía que viajar, la mayoría de las veces, sin
él , al no disponer de recursos económicos para sufragarlos.
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