martes, 2 de enero de 2018

No hay mal que cien años dure



   Los partidarios de Ciudadanos han empleado el Lerrouxismo más reaccionario para cautivar el voto obrero de las ciudades con más índice de inmigración. La utilización de la demagogia habría hábilmente conseguido separar la clase obrera catalana a partir de su origen. La clase obrera catalana, que creíamos integrada en la cultura y en el pensamiento político democrático, ha reaccionado de forma brutal en contra de las fuerzas republicanas catalanas . Ha nacido la idea de que en realidad los votantes de la ultraderecha eran "forasteros¨ que odian la tierra que los mantiene y los enriquece.
   Ese era el pequeño riesgo: Que algún efecto secundario de la corriente republicana aterrizara en la clase trabajadora. Y es muy posible que  Gramenet haya sido afectada por el voto lerrouxista de la ultraderecha el pasado 21D.
   La propaganda reaccionaria  lerrouxista ha calado en los sectores catalanes-españoles que nunca vivieron en esa España que los expulsó hace décadas. Y eso duele mucho… cuando aquí lo tuvieron casi todo.
   Los resultados del 21D son materia de debate entre  los teóricos y tertulianos. Y no se ponen de acuerdo si este virus troyano anticatalán podrá ser eliminado en breve o, si de  lo contrario, se volverá crónico.
  EL consuelo para los inmigrantes que sí estamos  integrados plenamente en Catalunya, y que por nada del  mundo hubiéramos votado a Ciudadanos, es que a pesar de todo ello   2086 nuevos vecinos y vecinas de Gramenet, descendientes de ellos,   han votado a favor de las fuerzas políticas de la República Catalana. Es decir casi 14.000 electores colomencs.  Y es que como dice un famoso  SON:
No hay mal que cien años dure ni cuerpo que lo resista.

Fermin Chueco Artero

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