sábado, 4 de julio de 2020

Meditaciones pandémicas (2) (Las flores)








Olvidamos las flores, muchas de nosotras que vivimos en los suburbios de la ciudad nos habíamos acostumbrado a vivir sin el color-y el olor- de las flores, el sistema consumista nos obligó a creer que eran prescindibles e inútiles . Ese olvido nuestro sobre la necesidad de estar rodeado del multicolor floral arruinó a los artesanos que fabricaban macetas de barro y, lo más grave, borró de nuestra memoria la necesidad de hablar con nuestras plantas, sobre todo con las más alicaídas, aquellas que necesitaban de nuestro aliento para salvarlas. Recordar que antes de que nos visitara el COV-19 solo nos acordábamos de las flores para Sant Jordi y para regalar un ramos de ellas a los seres queridos que nos dejaban.
Y gracias a una maldita endémica,que nos hizo prisioneros en nuestros cincuenta metros cuadros hipotecados, descubrimos la fealdad de nuestras desnudas cuatro paredes y que teníamos unos ridículos y minúsculos balcones,a través de los cuales también descubrimos que la señora Pilar, aquella octogenaria vecina que vivía en los bajos de nuestro bloque, mimaba a una cincuentena de macetas con unas plantas de flores totalmente desconocidas para la mayoría de nosotras: Orquideas, claveles,rosales,camelias,las plumas de santa teresa, margaritas, cactus, tulipanes, agapantos, jazmines,crisantemos,gardenias,alhelís…..Y como a partir de entonces le empezamos a dirigir la palabra,bendita hora, a la olvidada y “loca” señora Pilar:
Señora Pilar ¿desde cuando tiene usted esas hermosas flores?, ¿esa roja con la flor tan grande como se llama? ¿se harían esas flores de usted en mi balcón?.-Esas y decenas de preguntas similares aguantaba con santa paciencia la señora Pilar. Y así sucedió, mientras duró el confinamiento gubernamental que cada tarde, durante los aplausos a los sanitarios de las ocho de la tarde, como fue que fueron apareciendo incipientes macetas en los balcones pelados de los vecinos de la señora Pilar. Y menos mal que el gobierno y el señor Simón dieron la orden de que pudiéramos salir a la calle, porque de haber sido prorrogado el confinamiento unos días más; nuestras grises y feas fachadas de antes de la llegada del corona virus, no tendrían que envidiar para nada a los patios cordobeses que vemos en el Facebook.





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