No se porqué pero guardo en el móvil, como paño en oro, el certificado de que soy negativo de un Tets Antigénic Rápid; que me hicieron el 22 de Diciembre del pasado año, a raíz de que mi vecino y compañero de paseos matutinos por la serralada de marina diera positivo cuando acudió al ambulatorio del barrio porque no se encontraba muy bien.
Mi vecino y yo, antes de que él diera positivo, estábamos demasiado seguros de nuestra inmunidad. Siempre presumiamos de que vivimos en la parte menos congestionada de la ciudad, en casas unifamiliares y respirando el buen oxígeno que nos venía de la Serra Marina.
Pero ese exceso de confianza, debido a que había transcurrido casi un año desde la aparición del COVID19 y todavía permanecíamos indemnes, nos hizo olvidar que el maldito virus nos podría atacar por otro flancos que teníamos desasistidos: el trato familiar con hijas y nietos , acudir al Mercadona en busca de alimentos, algún paquete amazónico contaminado, etc.
El caso es que mi vecino lo pescó , el bichito, y ahí empezó la por, el miedo escenico a cogerlo .
-Oye, Fermin, que cogí el virus, y te llamo para que cuando puedas vayas tú también a hacerte el test al ambulatorio- me dijo mi vecino por el móvil, con voz algo preocupada.
-Pero, amigo, si no tengo ningún síntoma- le contesté mientras psicológicamente empezaba a ser atacado por el covid-19 y empecé a sentirme mal , sin estar mal.
Bajé corriendo las escaleras de la calle Cervantes, como si el llegar unos minutos antes a realizarme el Test me salvaria de morir entubado en la Uci, que así me sentía por dentro, y me planté ante el techado portatil que han instalado en el exterior del ambulatorio. Espero turno a que me pregunten qué me sucede. Mientras el frio me atacaba por la nuca y pensé que a lo mejor tambien pillaba una pulmonia doble por culpa de no haber cogido una bufanda.
-Digame, señor, ¿que le sucede? - Me interroga una auxiliar o enfermera equipada con todos los Epi´s reglamentrios.
- Verá a mi vecino le acaban de diagnosticar que es positivo del COVID19 y le han solicitado que informe a todas las personas con las que ha tenido contacto estos últimos días. Y como él y yo solemos ir a pasear a la montaña cada mañana ..pues aquí me tienen.
- ¿ Y tiene usted algún sintoma ?: ¿fiebre,malestar, perdida de olfato,la respiración dificultosa? - me interroga amablemente la enfermera.
- Hasta hace media hora me encontraba perfecto, como siempre, pero ha sido comunicarme mi vecino su positivo, que siento sudación y hasta temblores de muerte – le respondo con voz temblorosa.
Llego a casa y le comunico a mi vecino, por teléfono, que mi test ha salido negativo, le suelto que menos mal no me lo ha pegado -le digo medio en broma. A mi vecino no le debió sentar bien mi bromita porque enseguida me soltó que tarde o temprano yo tambien lo pillaré.
Con bastante remordimiento por mi broma absurda , no paro de llamarlo para que comunique como se encuentra.
-Hay ratos que la fiebre me sube hasta 38,me duele la garganta y la cabeza y no paro de toser -me relata mi vecino el mismo dia 25 de Diciembre.
Lo llamo el dia 27 y me dice con una voz medio ronca que no acaba de respirar bien , que siente una pequeña opresión en el pecho. Le aconsejo, como si yo fuera su único salvador, que llame a la ambulancia y que lo lleve a urgencias de Can Ruti. Como no lo veo receptivo a mi consejos, llamo al móvil de su mujer y le ruego que ,por favor, lo lleve a urgencias, que su marido tiene toda la pinta de haber requetepillado una pulmonia.
Mi vecino y compañero de paseos permaneció ingresado una semana en el hospital. Mientras permaneció ingresado cada día le realizaba una llamada para saber de su evolución. Mi vecino ya está en casa y evoluciona favorablemente. Y hemos vuelto a caminar por los senderos de la naturaleza. Y hasta nos atrevemos a hacer bromas del comportamiento del virus maldito.
- Uff, otra vez que he salido victorioso de la mala salud – me comunica alegre mi vecino.
- Lo que no me eplico es omo yo cogi el COVI19 y tú no – pregunta en voz alta mi vecino.
- Alguien tiene que quedar sano para contarlo ¿No?- le respondo con un poco de ironia. Y ,además, tenemos que hablar de muchas cosas, compañero.
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