sábado, 12 de septiembre de 2020

El Goig, el nostre Goig






 Conocí al Goig, Jokin Goiburu, cuando le solicité ayuda para sacar de la drogodependencia a un viejo compañero del Insti Puig Castellar, de eso hace bastante tiempo. El Goig era trabajador social Ajuntament. 

La forma de como se volcó en echar una mano, rápida y efectiva, me llamó la atención. Después, cuando descubro su intenso trabajo con las personas drogodependientes, comienzo a acercarme a la persona, a interesarme por su fuerte- pero desinteresada- personalidad, volcado las 24 horas en ayudar, consolar, animar, a todo un núcleo de la sociedad que todos la hemos abandonado a su suerte. 

-Goi, ¿como consigues que te respeten toda esta gente? - le pregunté recientemente, durante una manifestación a favor de los presos políticos. 

-Son personas, son humanos- me respondió con su perenne sonrisa. 

Ayer, 11 Septiembre,en el cruce Sant Joaquín - P. Llorenc Serra, mientras participabamos  en la cadena humana colomenc, reivindicando la República y la independencia para Catalunya, un grupo de varios jóvenes, demasiado jóvenes, empezaron a insultar a los manifestantes y a gritar Viva España. Mientras algunos de nosotros les devolvíamos los insultos el Goig, arropado solo por su inseparable txapela, se acercó al grupo provocador y estuvo charlando un rato con ellos. 

-Goig, ¿Que les has dicho a los chavales?. 

-Hay que hablar con los jóvenes, explicarles, sencillamente, lo que significa la libertad de expresión, porque si nosotros no nos acercamos a ellos, es muy posible que puedan caer en manos de la ultraderecha. - Me respondió con sencillez el Goig. 

Así es el Goig, nostre Goig. 

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