jueves, 27 de mayo de 2021

José Cabezas, rebelde hasta …...el final

 



Los lunes acude a la Plaça la Vila a la concentración de la Marea Pensionista, el martes pasa toda la mañana con los vecinos del barrio en la pista de petanca de Can Calvet, el miércoles lo verás vestido con la camiseta de la PAHV

                                    Joseé Cabeza, primero a la izquierda , con la PAHV parando un deshaucio

, intentando parar un desahucio, los jueves por la tarde acude a la Asamblea semanal de la PAHV para echar una mano a los que acuden en demanda de ayuda,el viernes se lo dedica a sus hijas y nietos , a los que adora, y todos los sábados, desde hace bastantes años, lo verás, a las 9 horas en punto, en la entrada de la montaña, cerca de la Font de Sant Roc, junto a los voluntarios dels Bruixots del Torrent, para realizar tareas de poda, mantenimiento y limpieza en nuestra Serralada Marina .

Toda esa frenética actividad, pensaran, solo la podría soportar una persona joven. ¡Se equivocan! . El que es capaz de llevarla con valentía y coraje es el Cabezas, que a sus 81 años mantiene una vitalidad envidiable, solo apta para personas con un alto grado de humanismo , una conciencia a prueba de bombas y, sobre todo, una fuerte voluntad rebelde en contra de las injusticias de los poderosos y un amor inmenso a la naturaleza.


José Cabezas nació en el año 1940, en el Cortijo Gramesol, muy cerca del pueblo jienense de Navas de San Juan. Y no pudiendo aguantar más la incertidumbre que les ofrecían los terrateniente de su pueblo, en el año 1964 decide, junto a cuatro amigos de la juventud, emprender el camino de la emigración . Y gracias a la hospitalidad de un paisano, que vivía en la calle Riera de L´Hospitalet, los cuatro jóvenes son acogidos provisionalmente en un cuarto que les realquiló.

                                           Plaza del Navas de San Juan (JAEN)


-Empecé a trabajar en la construcción como peón- rememora Cabezas sus inicios en el mundo laboral en Catalunya , gracias a que uno de los cuatro amigos era un buen oficial de paleta.

-Yo vine a Catalunya a por un futuro mejor, y toda mi obsesión era colocarme en una buena fábrica. Y mira por donde mi suerte soñada la encontré un día en el bar que solíamos comer: Un chico, que comía casi siempre en la mesa de al lado nuestro, y que trabajaba de administrativo en la Seat , nos animó a que “echáramos” la solicitud, que él mismo la entregaría en personal . El destino nos recompensó el tener que abandonar nuestra tierra y pasar bastantes calamidades de nuestra llegada a Barcelona. Entré a trabajar en la Seat en el año 1965 y la abandoné cuando me jubile – nos cuenta Cabezas con una gran sonrisa .


-Los trabajadores de la Seat fueron vanguardia en las luchas por los derechos sindicales, en plena dictadura de Franco ¿ Que papel jugastes tú en aquellas luchas? - le lanzo la pregunta deseada.


- Mi lucha pasó totalmente desapercibida -me aclara Cabezas -. Yo trabajaba en la fabrica de vigilante, en teoría tenía que defender los intereses de la dirección, pero cuando los activistas sindicales de Seat notaron mi sensibilidad con las reivindicaciones obreras, enseguida pidieron mi colaboración: Muchas mañanas, como yo era de los primeros en fichar a la entrada, solía repartir un buen puñado de octavillas de la Comisión Obrera clandestina, donde se denunciaba las condiciones de trabajo de los talleres y la necesidad de revisar el convenio, que con el aumento constante de la carestía de la vida de aquellos años perdía poder adquisitivo de un mes para otro.

Conocí a Cabezas en los primeros años del 2000, cuando la Plataforma en defensa Can Zam y Serra Marina, junto a los vecinos de Can Calvet y Serra Marina, deciden realizar una SARDINADA


 
reivindicativa en los patios de lo que fue el Colegio Público Miguel Hernández. Y es que el alcalde Bartu Muñoz, denominado popularmente Bartotxo por su amor a la totxana, había llegado a un acuerdo con la Caixa para construir un bloque de pisos . El alcalde podía haber pensado en aprovechar el hermoso edificio del Miguel Hernández para reconvertirlo en una segunda residencia de la gent gran, o en un Albergue juvenil...en algo que fuera útil a la ciudadanía colomenca. Pero NO, su filosofía de especulador le llevó a intentar vender el Miguel Hernández a la Caixa, con la excusa de construir 60 viviendas para jóvenes.

Pero en eso llegaron los vecinos de Can Calvet, los de Serra Marina y la Plataforma en defensa CAN ZAM, y obligaron a parar el proyecto especulativo.


A Jose Cabezas la lucha para recuperar el Miguel Hernández para el barrio no le venía de nuevo, porque desde que aterrizó por el barrio de Can Calvet, allá en los años 70 del siglo pasado, ya tuvo, junto a las vecinas, que emplease a fondo para conseguir un barrio decente.



-Cuando llegamos al barrio de Can Calvet - Nos relata Cabezas – los bloques de pisos estaban en medio de la nada, rodeados de tierra roja y cuando llovía era un inmenso fangal. Así que los vecinos más conscientes nos organizamos y empezamos a construir con nuestras manos y recursos los bonitos jardines que perduran hasta hoy.

¿Como andabais en el barri de escuelas en los años 70?- le interrogo

-En nuestro barrio solo había una academia privada, la de “El comercio”– continua narrando el Cabezas -, situada en los bajos de lo que hoy es el Bar de los Chinos de la calle Aragón y una pequeña guardería enfrente de la farmacia . Insuficiente para un barrio joven que los matrimonios tenían dos o tres hijos en edad escolar. Los propietarios de la academia se aprovechaban de la falta de escuela publica y sus diminutas aulas estaban abarrotadas , sin respetar la separación de los niños y niñas según su edad. Así que los vecinos y vecinas nos pusimos mano a la obra y empezamos a pedir escuelas públicas, no solo para nuestro barrio, sino para todo Singuerlín

-Fue una lucha larga y dura -recuerda con ojos vidriosos el Cabezas -, más de una vez tuvimos que acudir los vecinos a la Plaça España, donde tenía su sede el Ministerio de Educación, y acudir a la Plaça la Vila para que, el entonces alcalde Blas Muñoz, se hiciera eco de nuestra reivindicación.

Para llamar la atención de las autoridades y para hacer sentir su reivindicación de UNA ESCUELA PARA EL BARRIO, los padres acompañaban a sus hijos para hacer clases al aire libre, en el solar que hoy está construido el CP SALVATELLA.

-Nuestra lucha recibió su recompensa y, al final ,conseguimos que construyeran un hermoso Colegio Publico: EL SALVATELLA – me dice de forma orgullosa el Cabezas .

Acompaño al Cabezas a la entrada de la nostre Serralada Marina, por donde la Font de Sant Roc, donde hoy sábado tiene una cita, como todos los sábados desde hace años, con los Bruixots del Torrent, un grup de voluntaris que hacen una labor impagable en el cuidado de la montaña.


-Bon día Pep y compañía -le diu el Cabezas a todos los Bruixots voluntaris.

-Bon día company -le responden los compañeros.

Me despido del Cabezas, no sin advertirle que tenga cuidado: no vaya a resbalarse o torcerse un tobillo en las empinadas laderas de la montaña.

-Vete tranquilo, compañero -me responde con esa sonrisa perenne que siempre le acompaña.

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