Corría noviembre de 1988 y en el Turó del Pollo, el punto más alto de las colinas que empujan a Santa Coloma de Gramenet hacia el Besòs, el presidente Pujol hizo frenar en seco la comitiva vehículos en la que viajaban él y su esposa para reprender a unos vecinos que habían apedreado su coche. Bajó y llamó a uno de los agresores, al señor Gabriel, al de rojo, porque así iba vestido. Mejor dicho, le conminó a presentarse y le recriminó “usted ha apedreado el coche del presidente de la Generalitat” le dijo a grito pelado, casi afónico.
El cortejo del president se topó con los airados vecinos porque aquel domingo el único policía local de servicio en la montaña no pudo avisarles de que una columna avanzaba airada hacia ellos. No le funcionaba la radio. Sólo en el último minuto logró advertirles gracias a unos señores muy amables que andaban practicando la hípica por esas montañas y que corrieron al galope para salvaguardar a la comitiva presidencial y en especial a la señora Ferrusola que salió asustada del coche para contener al president. (Rafael Wirth, biógrafo de Pujol y uno de los jinetes de la escena escribió al día siguiente una singular crónica en La Vanguardia).
Entonces los ayuntamientos eran extremadamente pobres. Lluis Hernandez, el alcalde comunista de Santa Coloma se disculpó al día siguiente y por partida doble, en nombre de los vecinos y de sus carentes agentes de policía.
Ignoro qué motivó la protesta de los vecinos. Eran tal vez las precarias líneas de autobus del barrio de Can Franquesa, colgado en las estribaciones de aquellas colinas cuyas cumbres se alcanzan ahora mediante unas comodísimas escaleras automáticas. El asaltante, el tal señor Gabriel, con su jersey rojo (creo que el periodista Eugeni Madueño lo entrevistó tiempo después en La Vanguardia pero no he encontrado la referencia) se disculpó admitiendo que, en efecto, no podía apedrear el coche del president. Que no debería haberlo hecho. Pasó dos noches sin dormir, angustiado.
LUNES, 7 de noviembre de 1988 Medio centenar de vecinos del barrio de Can Franqueses, de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona), apedrearon ayer el coche oficial del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, y rompieron los cristales de los vehículos de su escolta. Los hechos ocurrieron cuando Pujol y sucomitiva abandonaban Santa Coloma, Cuando sucedieron los hechos, los vecinos se manifestaban para reivindicar la construcción de un muro de contención ,en su barrio y mejoras en el transporte público de la zona. Un manifestante resultó herido de carácter leve al ser atropellado por un coche de la escolta de Jordi Pujol.
El presidente de la Generalitat de Cataluña abandonó su coche al observar que un mosso de su escolta intentaba detener a un vecino que lanzaba piedras. Pujol cogió de la mano al vecino y, visiblemente enfadado, le dijo: "Todo el mundo puede hablar incluido el presidente de la Generalitat. Así que ahora os digo que os calléis. A este hombre puedo hacerle detener, aunque no lo haré. Se debe dialogar siempre". También agregó: «Estas no son maneras de hacer las cosas. La Generalitat no tiene competencias para resolver el problema que me planteáis, aunque si las tuviera, os repito que no son maneras".
Santa Coloma de Gramanet es una ciudad dormitorio en las cercanías de Barcelona, con una gran población de inmigrantes. Su alcalde, de ideología comunista, fue elegido en la candidatura de Iniciativa Per Catalunya, informa Europa Press.
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