domingo, 9 de agosto de 2015

Lectura de verano: La primera cita




LA PRIMERA CITA  (3)





Caty había llegado al Kent cinco minutos antes que el Joan, por lo que le dio tiempo suficiente para elegir mesa cerca de la puerta de entrada del local. Dejó caer su juvenil bolso rojo sobre la mesa y se sentó en una de las  sillas. Pasado un rato, viendo que el Joan se demoraba, se levantó, volvió a coger el bolso y se dirigió a los aseos de mujeres del bar, quería asegurarse que el rimer que se había puesto en casa, y los   cabellos, se conservaban perfectos.
Joan, muy a pesar suyo, había llegado diez minutos tarde a la cita con Caty en el Kent. -La primera cita que tengo con una chica y ya la he fastidiado-se dijo para sí. Se alegró de no  tropezar con ningún compañero de la universidad, así evitaría pasar por tener que dar explicaciones de que hacía un chico de Santako en el barrio pijo de la Bonanova. Como la puerta del bar estaba abierta se dirigió  directamente a la barra, para desde allí buscar la figura de Caty.
Caty ,cuando salía del aseo, miró su reloj y se extraño de que el formal del Joan llegara tarde.


- Esperaré cinco minutos más, y  si no está aquí me marcho,-se prometió asimismo. Pero al dirigirse hacia la mesa, que ya antes había ocupado, lo divisó de espaldas apoyado en la barra del bar. De forma sigilosa se dirigió hacia donde estaba Joan, quería realizar la típica broma de taparle los ojos, para después preguntarle: ¿Quién soy?.
El Joan sintió como unas delgadas y suaves manos lo dejaban ciego completamente. Y antes de responder  a la pregunta que le realizó Caty, cogió las manos de ella, al instante que le piropeó: Eres la mujer más bella de todas las chicas de tu edad.
La Caty y el Joan se dieron un par de besos en las mejillas, mientras se reían de la ocurrencia de ella.
-Aún me pregunto porque he venido – exclamó el Joan
-Querido Joan-le sonrió Caty , mientras posaba su mano sobre la de él.
-De vez en cuando suceden estas cosas – se adelantó Caty. Odio a los previsores, quiero vivir el momento que soy feliz.
-Pero ¿ porqué conmigo?, si tienes un montón de amigos de la Bonanova -le lanzó de forma directa el Joan.   
-Porque tú…. eres diferente, Joan. Eres …como digo el filósofo: La perfección andante –dijo ella con la sonrisa en los labios.
El corazón de Joan latía descontroladamente, todavía no se podía creer que la chica más guapa de su clase lo hubiera elegido a él.
-¡Ah…! exclamó Caty, soltando una carcajada. Por eso me gustas, porque tu sinceridad siempre me llamó la atención.
La mano de Caty seguía cogida a la de Joan, pero ella la fue soltando de forma sigilosa, al notar que la de él estaba sudorosa. Los nervios le habían delatado-pensó. Y aprovechando la ocasión
ambos empezaron a preguntarse cómo habían transcurrido los exámenes finales.
Joan, aunque conocía muy poco a Caty, leía en su rostro y en su voz que la cita transcurría felizmente para ella. Pero durante todo el tiempo no paraba de hacerse la misma pregunta ¿  porqué ella, hija de no sé que importante familia barcelonesa quería compartir una tarde con un vulgar hijo de botiguer del extrarradio?.
-Prefiero conversar contigo, que aburrirme  con otros chicos socialmente superiores- le cortó de raíz Caty.
Joan se sintió un poco avergonzado por exteriorizar sus perjuicios y resbaló su mano hacia la de Caty ,solicitándole disculpas por su torpe proceder. Era la primera vez que se atrevía a tocar, por iniciativa propia, la mano de una mujer, por lo que sintió un gran escalofrío por todo su cuerpo.....Continuará     



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