LA PRIMERA CITA (3)
Caty había llegado al Kent cinco
minutos antes que el Joan, por lo que le dio tiempo suficiente para elegir mesa
cerca de la puerta de entrada del local. Dejó caer su juvenil bolso rojo sobre
la mesa y se sentó en una de las sillas.
Pasado un rato, viendo que el Joan se demoraba, se levantó, volvió a coger el
bolso y se dirigió a los aseos de mujeres del bar, quería asegurarse que el
rimer que se había puesto en casa, y los
cabellos, se conservaban
perfectos.
Joan, muy a pesar suyo, había
llegado diez minutos tarde a la cita con Caty en el Kent. -La primera cita que
tengo con una chica y ya la he fastidiado-se dijo para sí. Se alegró de no tropezar con ningún compañero de la
universidad, así evitaría pasar por tener que dar explicaciones de que hacía un
chico de Santako en el barrio pijo de la Bonanova. Como la puerta del bar
estaba abierta se dirigió directamente a
la barra, para desde allí buscar la figura de Caty.
Caty ,cuando salía del aseo, miró
su reloj y se extraño de que el formal del Joan llegara tarde.
- Esperaré cinco minutos más,
y si no está aquí me marcho,-se prometió
asimismo. Pero al dirigirse hacia la mesa, que ya antes había ocupado, lo
divisó de espaldas apoyado en la barra del bar. De forma sigilosa se dirigió
hacia donde estaba Joan, quería realizar la típica broma de taparle los ojos,
para después preguntarle: ¿Quién soy?.
El Joan sintió como unas delgadas
y suaves manos lo dejaban ciego completamente. Y antes de responder a la pregunta que le realizó Caty, cogió las
manos de ella, al instante que le piropeó: Eres la mujer más bella de todas las
chicas de tu edad.
La Caty y el Joan se dieron un
par de besos en las mejillas, mientras se reían de la ocurrencia de ella.
-Aún me pregunto porque he venido
– exclamó el Joan
-Querido Joan-le sonrió Caty ,
mientras posaba su mano sobre la de él.
-De vez en cuando suceden estas
cosas – se adelantó Caty. Odio a los previsores, quiero vivir el momento que
soy feliz.
-Pero ¿ porqué conmigo?, si
tienes un montón de amigos de la Bonanova -le lanzó de forma directa el Joan.
-Porque tú…. eres diferente,
Joan. Eres …como digo el filósofo: La perfección andante –dijo ella con la
sonrisa en los labios.
El corazón de Joan latía
descontroladamente, todavía no se podía creer que la chica más guapa de su
clase lo hubiera elegido a él.
-¡Ah…! exclamó Caty, soltando una
carcajada. Por eso me gustas, porque tu sinceridad siempre me llamó la
atención.
La mano de Caty seguía cogida a la de Joan, pero ella
la fue soltando de forma sigilosa, al notar que la de él estaba sudorosa. Los
nervios le habían delatado-pensó. Y aprovechando la ocasión
ambos empezaron a preguntarse
cómo habían transcurrido los exámenes finales.
Joan, aunque conocía muy poco a
Caty, leía en su rostro y en su voz que la cita transcurría felizmente para
ella. Pero durante todo el tiempo no paraba de hacerse la misma pregunta ¿ porqué ella, hija de no sé que importante
familia barcelonesa quería compartir una tarde con un vulgar hijo de botiguer
del extrarradio?.
-Prefiero conversar contigo, que
aburrirme con otros chicos socialmente
superiores- le cortó de raíz Caty.
Joan se sintió un poco
avergonzado por exteriorizar sus perjuicios y resbaló su mano hacia la de Caty
,solicitándole disculpas por su torpe proceder. Era la primera vez que se
atrevía a tocar, por iniciativa propia, la mano de una mujer, por lo que sintió
un gran escalofrío por todo su cuerpo.....Continuará
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