Siempre creí, y sigo creyendo, que las personas que tenemos una minima conciencia social y sabemos escribir cuatro rayas bien escritas, deberíamos no dejar de denunciar , publicamente, aquellas tropelías e injusticias que comenten ,sobre todo los poderes públicos o fácticos.
Hoy esa obligación etica está en desuso y mal vista, triunfa por estos y otros lares, la corriente de farsante o hipócrita que tiene el arte de practicar el camaleonismo. Y eso lo digo por los personajes que están muy cerca de la ciudad, de Santako vamos, de los otros ezpañoles o más allá del Besós ya ni te digo.
Vayamos al grano. Existen periodistas locales jubilados que siempre se arrimaron más al poder, llámese Lluis Hernández, Manuela de Madre, Bartolomeu Muñoz,Nuria Parlón...y que no sé porqué circustancias, y cuando ya se han hartado de ser abrazafarolas hasta lo insuperable, empiezan a jugar a ser intelectuales vacios . Aquí es donde ya no soporto más su hipocresía.
Hay uno de ellos , que en su día le llamé socorrista de verano, porque escribía en aquel bodrio de revista que subvencionó el alcalde procesado, llegando a escribir en ella que el falangista de Blas Muñoz, el padre de la criatura, fue uno de los mejores alcaldes de la ciudad. Imaginense la catadura moral del tipo al que me refiero.
Hoy no me referiré a esos poetas locales, que no los lee ni sus padres, que van presumiendo de la ética del poder, y que jamás les vi escribir, ni decir ni mu sobre el más insignificante problema de nuestra ciudad, y haberlos los hubo.
Espero que mi amiga Agustina Rico, cuando lea este escrito, no me llame la atención como cuando lo hizo al coincidir en la visita que hicimos a Gabriel Serra , durante su huelga de hambre en contra de el genocidio palestino.
FERMIN CHUECO ARTERO, escritor y medio poeta.
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