La Astuta

Es casi tradicional que aquellos alcaldes o alcaldesas, de cualquier ciudad o pueblo, que suelen hacerse los listillos hablando, o prometiendo, más de la cuenta, salgan salpicados de aquella máxima que tenía mi madre: "Niño, ten cuidado con las tonterias que dices, que la gente es muy mala y enseguida te pone un nombrajo" (un adjetivo calificativo). Y si no miren la que ha liao la alcaldesa Botella, presumiendo de inglés con su coffee and no se qué preolímpico. También le sucedió al anterior alcalde de Gramenet; que debido a su amor ciego por el ladrillo especulador, la sabiduria popular lo nombró "El Barón Bartotxo". La que se está salvando de la quema adjetivadora, de momento, es nuestra actual alcaldesa. Y no es que no le sobren méritos para que el ciudadano de a pie le coloque un buen adjetivo. Es verdad que ha habido varios intentos de apadrinarla; recuerden aquel que le colocaron a los inicios de su mandato: "La sonrisa peremne", o aquel otro de "Ella no está", por aquello de solo se le vé por el Ayuntamiento los martes a la hora de la rueda de prensa. Últimamente, la señora alcaldesa, está ganando puntos en la adquisición de un mote simpático que retrata bastante bien su personalidad: "La astuta", no solo por haber logrado sobrevivir de la quema pretoriana, sino por capear, una y otra vez el no dar soluciones reales a los mas de 13.000 parados que tiene Gramenet. Y lo más bonito de su artimañas es que ejerce de alcaldesa a horas convenidas, ya que debe compartir su responsabilidades con las que tiene como parlamentaria, como consejera comarcal, como... ni se sabe los cargos que compagina. Y también destaca su astucia en criminalizar o intentar ridiculizar todas las iniciativas y conquistas que vienen protagonizando las entidades como la PAHV, o el Menjador Social, Gent de Gramenet.... para, después, presentarse como la adalid conseguidora de dichas reivindicaciones. Para la astuta alcadesa, y su equipo de gobierno, su astucia consiste en convocar meras ruedas de prensa, donde prometen el oro y el moro, se inventan campañas publicitarias metafísicas que suelen acaban beneficiando a las empresas de los amigos. Pero el colmo de la astucia de la señora alcaldesa, y de los bien pagados cargos de confianza, es el haber logrado la metamorfosis de algunos personajillos locales: consiguiendo que aquellos que se mofaban de ella no hace mucho, hoy la pongan en los altares y hasta la comparen con el bueno de Lluis Hernandez, el mejor alcalde que ha tenido nuestra ciudad. Ahí es na!! Pero como dirían los mejicanos: "Si la alcaldesa es astuta, los colomenses y colomencas son requeteastutos".